Actualmente la movilidad humana es un tema prioritario en la agenda mundial, lo cual implica para los Estados la revisión, diseño e implementación de nuevas políticas migratorias. En ese sentido, Uruguay no es la excepción; el 6 de enero de 2008 se promulga la Ley de Migraciones Nº 18.250, que garantiza los mismos derechos y compromisos para los extranjeros que decidan radicarse en el país y los ciudadanos naturales. Esta Ley crea la Junta Nacional de Migración, órgano rector en el tema, encargado de la construcción de la política pública, de estrategias y protocolos que generen una institucionalidad integral, inclusiva e integradora que tendría que transversalizar a todos los organismos del Estado, lo cual implica un “esfuerzo titánico aún no logrado”, según el Embajador Jorge Muiño (2018), Director General para Asuntos Consulares y de Vinculación del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ello conlleva a que a 10 de años de aprobada la ley existan escasas y fragmentadas políticas, programas y proyectos específicamente diseñados para la recepción, acogida y acompañamiento de la población migrante.
A pesar de ello, la legislación está construida desde una perspectiva que integra la visión en Derechos Humanos. En parte, debido a lo anterior y al actual contexto mundial y latinoamericano en particular, durante la última década Uruguay comienza a ser un país receptor de población extranjera que principalmente por motivos económicos, políticos, sociales y culturales llegan con el ánimo de vivir en el país. Es así que Uruguay deviene en país receptor de migrantes sobre una base histórica de país expulsor de su población, que continúa al día de hoy.
Los movimientos migratorios que recibe Uruguay actualmente son Sur-Sur, personas de países latinoamericanos de migración no tradicional para nuestra sociedad: Cuba, República Dominicana, Perú, Venezuela, Colombia, Haití; además de los tradicionales, Argentina y Brasil. Por otro lado, también están llegando gran número de personas provenientes de diferentes países de África. La actual migración viene siendo fuertemente “racializada”, discriminada y “marcada” por gran parte de la sociedad nacional, principalmente por el rechazo de sus características fenotípicas, niveles educativos y miedos por competitividad en el mercado laboral. (Koolhaas, Prieto, Robaina, 2017). Dado este escenario muchos migrantes se encuentran en situación de exclusión social, lo que conlleva entre otros factores, a dificultades en el acceso al mercado laboral, a la vivienda, a la salud y a la educación.
La decisión de emigrar de una persona y/o de todos los integrantes de un núcleo familiar, en general, es tomada por todos sus miembros, generando en las personas implicadas grandes incertidumbres, deseos y expectativas respecto al país de destino y a la sociedad de acogida. Ello afecta de manera muy especial a la niñez migrante que se ve alejada de sus contextos cotidianos y familiares, de sus afectos, (parte de sus familias y pares), de su geografía, de su estilo de habla y/o lengua y de sus ámbitos de integración en sus países de origen, siendo la educación uno de los Derechos fundamentales que se deben garantizar.
En este sentido, respecto a la inclusión en el sistema educativo formal no existen a nivel nacional estrategias de mediación para lograr una atención a la niñez migrante. Según Debandi (2018), hay una ausencia de reconocimiento de sus saberes previos en la mayoría de los centros escolares, generando situaciones de discriminación y exclusión hacia los niños y niñas migrantes que incrementan sus vulnerabilidades, lo cual se ve reflejado en su integración educativa.
Consideramos de relevancia dar prioridad a estas situaciones que vive la niñez migrante en el ámbito educativo, a través de la generación de conocimientos, estrategias y prácticas que promuevan el intercambio y el diálogo intercultural en un marco de respeto e inclusión de sus cualidades y saberes singulares.
El desarrollo de este proyecto de investigación se inscribe en una línea internacional de estudios sobre la metodología Quinta Dimensión, (en adelante 5D), vinculados a los procesos de inclusión intercultural (Cole, 1996; Lalueza, Crespo y Luque, 2009). A nivel nacional la 5D se implementó y adaptó mediante dos procesos en paralelo; uno con niños y niñas en situación de discapacidad, (Viera, Da Silva, Falero y Moreira, 2014), y otro a través de la tesis doctoral de una de las investigadoras de este proyecto con niñez en situación de vulnerabilidad social en Pinar Norte (Da Silva, 2018). Mediante la actual propuesta buscamos ampliar la perspectiva y la población con la que se venía desarrollando la 5D en Uruguay y a la vez conectarnos aún más con la tradición internacional vinculada a los procesos de inclusión educativa, social y cultural de la niñez perteneciente a familias migrantes.
Este proyecto de investigación consistirá en la adaptación del Modelo 5D en una escuela que cuente con población migrante con el fin de generar procesos de inclusión intercultural. Se utilizará la disponibilidad de las TIC del Plan Ceibal, la participación de estudiantes universitarios de la carrera de Psicología, se involucrará a maestras y personal del centro educativo a seleccionar, a las familias de los niños y niñas y a organizaciones sociales vinculadas a migrantes. Se configurará un sistema de colaboración y participación en el proceso de adaptación, creación y sostenimiento de la propuesta.
Objetivos
General
Contribuir a generar conocimientos sobre los procesos de inclusión educativa de la niñez migrante, mediante el diseño y la implementación del Modelo Quinta Dimensión con la finalidad de construir un aula intercultural, en una escuela del Municipio B de la Intendencia de Montevideo.
Objetivos Específicos
Construir información sobre la situación educativa,social y cultural de las familias migrantes, cuyos niñas y niños concurren a un centro educativo del Municipio B de la Intendencia de Montevideo.
Diseñar e implementar junto a los actores implicados el Modelo 5D a partir de las necesidades y los fondos de conocimientos de las familias migrantes.
Adaptar el Modelo 5D construyendo una comunidad de práctica mediante procesos colaborativos en el centro educativo seleccionado.
D) Preguntas que se buscan responder.
¿Cómo son los procesos de acogida e inclusión educativa, social y cultural de los niños y niñas migrantes en el sistema de educación formal?
¿Cómo se abordan los procesos de diversidad cultural en un centro educativo de Montevideo, por parte del personal directivo, docente, no docente y de los estudiantes?
¿Cómo incide el diseño e implementación del Modelo 5D en la generación de procesos de inclusión educativa en un aula intercultural?